30 septiembre, 2006
Entrega cuatro
(En donde quizá por primera vez entienda como funciona, realmente, el mecanismo que nos permite acumular grasas, y en la que descubrirá toda la verdad sobre el colesterol).
DESCRIPCION DEL PROCESO FISIOLOGICO DE ENGORDAR
Engordar no es más que un proceso fisiológico y normal, decíamos en la Segunda Hipótesis, y que la gordura no es más que un atesoramiento de energía… Un maravilloso mecanismo que nos ha dado la naturaleza, y que nos permite tomar previsiones ante contingencias en una de nuestras necesidades básicas, como es la provisión cotidiana de nutrientes en cantidades y calidades suficientes.
Todo lo que ingerimos puede dividirse en tres categorías, de acuerdo a lo que esté destinado:
* Sustancias plásticas
* Sustancias energéticas
* Sustancias químicas
* Sustancias plásticas:
Se denominan así porque su función es la de renovar todos los tejidos que día a día se van “gastando”, y la de reparar a los que por cualquier motivo sean dañados.
Las grasas y las proteínas son los dos tipos de alimentos más significativos de este grupo. Los carbohidratos también cumplen un muy importante papel en este aspecto.
* Sustancias energéticas:
Nuestro organismo está preparado para extraer energía de cualquiera de los tres tipos de alimentos (grasas, proteínas y carbohidratos), pero como siempre hace lo más económico, ante una oferta normal de ellos, solo los hidratos de carbono son los encargados de esa función. En caso de carencia de carbohidratos en la ingesta, nuestra fisiología está condicionada para extraer energía de las grasas de depósito. Si estas se agotaran, por un procedimiento más complejo y oneroso podemos conseguirla de las grasas que comemos. Si elimináramos también la ingestión de grasas, por otro mecanismo aún más complicado y costoso, estamos en condiciones de extraer energía de las proteínas que, en un muy hipotético caso, fuesen nuestro único alimento.
Si tampoco consumiéramos proteínas –hablamos de un ayuno total, en una persona que ya no tiene grasas en sus depósitos– podemos disponer de un mecanismo “tan de emergencia” que, de continuar, en pocos días lleva a la muerte: toda nuestra química puede transformar en energía las propias proteínas. Primordialmente las de los músculos, que son las más abundantes.
* Sustancias químicas:
Son las destinadas a, casualmente, intervenir en todos los intrincados procesos químicos: renovación y reparación de tejidos; fabricación de hormonas; elaboración de jugos digestivos; aprovechamiento de energía a partir de carbohidratos, grasas y proteínas (según vimos más arriba), y cientos de otros.
Los componentes de la dieta con fundamental actividad en este sentido, son las vitaminas, los minerales y el agua, y también, por supuesto, los tres ya mencionados.
Desde hace muchos años sostengo una hipótesis que creo muy interesante, ya que hasta nos permite entender (y disculpar) el motivo por el que aún hoy se vienen cometiendo errores en la comprensión de algunos de los procesos metabólicos de nuestro organismo: el mecanismo que utilizamos para acaparar grasas, por ejemplo; el modo correcto de deshacernos de sus excesos cuando nos empeñamos en ello; la manera de controlar los niveles normales de colesterol, HDL colesterol, triglicéridos y glucosa que circulan en nuestro torrente sanguíneo –o de eliminar sus excesos–, también a modo de ejemplo.
La pongo a su consideración.
Desde la escuela primaria se nos viene enseñando que los animales de este planeta, según el tipo de alimentos que consumamos habitualmente, nos dividimos en tres grupos:
Carnívoros
Herbívoros
Omnívoros
Esto está incorporado en nuestro conocimiento de la misma forma que el concepto de que la tierra es casi esférica y gira alrededor del sol.
Son todos principios axiomáticos, lo que quiere decir que “son principios o sentencias tan claros que no necesitan explicación”.
Según el método cartesiano, la ciencia se basa en verdades axiomáticas sobre las cuales se van construyendo, a su vez, axiomas cada vez más complejos, hasta que se llega a una nueva verdad. Se pretende, siempre, que la consecuencia final de todo razonamiento sea la verdad absoluta, lo que constituiría, obviamente, una verdad axiomática.
Pero ¿qué ocurriría si todo un complejo razonamiento se basara en un axioma falso?. La respuesta es simple: el resultado de una elucubración a partir de una “verdad axiomática errada” sería una falacia.
Cuando el astrónomo Tolomeo imaginó su teoría geocéntrica (supuso y pretendió demostrar que todo el universo giraba en derredor de nuestro planeta) fue considerada un axioma. Los teólogos de entonces interpretaban que ella se ajustaba a los conceptos que, suponían, estaban anotados en La Biblia.
Durante más de doce siglos el modo de interpretar la astronomía como a todo un universo girando en torno a la tierra, fue una verdad incontestable, hasta que Copérnico al dar a conocer su teoría heliocéntrica (descubrió que es la tierra la que gira alrededor del sol) comienza a construir la verdad, el axioma que todos conocemos.
Cuando los primeros biólogos establecieron las tres categorías de animales según sus necesidades alimentarias, también se estableció un axioma. Usándolo como basamento, se construyeron axiomas subsiguientes que yo creo son falacias.
Estoy convencido de que los animales nos dividimos en solo dos grupos:
* Carnívoros
* Herbívoros
Sostengo que los carnívoros se dividen, a su vez, en dos subgrupos:
Carnívoros estrictos
Carnívoros no estrictos
Igual que los herbívoros, que también se agrupan en los mismos dos subgrupos, los estrictos y los no estrictos.
Un carnívoro estricto se alimenta exclusivamente de materia orgánica de origen animal. Un carnívoro no estricto, aparte de consumir tejido animal, también debe comer materia orgánica de origen vegetal.
Al revés, un herbívoro estricto se sustenta solo de vegetales, y uno no estricto debe, también, consumir elementos de origen animal.
Reconozco que todo este razonamiento pudiera llevar a que se piense que no es más que una especulación etimológica. Al fin, un carnívoro no estricto consume lo mismo que un herbívoro no estricto: materias de origen animal y vegetal. Podrían pues, cómodamente, ser catalogados como omnívoros, pero veremos que no es así.
Veamos algunos ejemplos para aclarar más las cosas.
Carnívoros estrictos: tigre, león, puma, chita…
Carnívoros no estrictos: perro, zorro, gato, rata, ratón…
Herbívoros estrictos: vaca, caballo, jirafa, elefante…
Herbívoros no estrictos: cerdo, jabalí, algunos tipos de monos, ser humano…
Los Biólogos, hace muchos años, han desarrollado el muy atractivo concepto de “elementos esenciales”.
Ellos consideran bajo esa denominación a todas aquellas moléculas que un organismo no puede elaborar, por lo que depende de su ingesta para el correcto funcionamiento de su metabolismo.
El cloro, el sodio y el calcio, por ejemplo, son elementos minerales esenciales (en realidad todos los minerales útiles para nuestra compleja química, son esenciales).
Muchos de los aminoácidos (complejas moléculas que combinadas con otras de las mismas características constituyen las proteínas) son esenciales para los herbívoros y no para los carnívoros, y viceversa.
Con los ácidos grasos (elementos constituyentes de los lípidos –grasas–), pasa exactamente lo mismo.
Los animales herbívoros, especialmente los estrictos, pueden fabricar a partir de moléculas elementales y universales en el reino vegetal, casi todos los componentes más importantes y abundantes de su anatomía (aminoácidos y ácidos grasos) y hacer provisión de lo indispensable para su energía (hidratos de carbono).
Los carnívoros estrictos, por ser los que menos facilidades tienen para esa fabricación, dependen de la ingestión de materia orgánica de animales que lo consiguen. Es por eso que ellos se alimentan de herbívoros, preferentemente de “estrictos”. Muchas de las substancias esenciales las incorporan a su organismo a través de ingerir animales que las elaboran a partir de moléculas muy simples.
Los humanos, por pertenecer al subgrupo de los herbívoros no estrictos, podemos sintetizar la mayoría de las moléculas fundamentales. El hecho de no poder hacerlo con otras muchas, nos obliga a alimentarnos, también, de animales que ya las han elaborado: otros herbívoros. Generalmente elegimos a los estrictos. Ellos son la mayor fuente de provisión de elementos esenciales en nuestra dieta cotidiana. Es por eso que en todas las culturas, los principales componentes de la alimentación (en lo que se refiere a materia orgánica de origen animal), son los derivados de especies pertenecientes a las razas ovinas, caprinas, bovinas y equinas. Los animales herbívoros no estrictos como los de raza porcina, o los peces, moluscos y muchas de las aves, e inclusive lombrices e insectos, pueden llegar a ser un buen substituto.
Resumiendo:
LOS CARNIVOROS NO ESTRICTOS, A PESAR DE COMER LO MISMO QUE NOSOTROS, POR PERTENECER AL GRUPO GENERAL DE LOS CARNIVOROS PUEDEN FABRICAR CASI TODOS LOS AMINOACIDOS, PROTEINAS, GRASAS DE RESERVA Y DEMAS COMPUESTOS LIPIDICOS (colesterol, triglicéridos, etc.), Y EXTRAER ENERGIA, DE LAS PROTEINAS Y GRASAS QUE CONSUMEN.
LOS HERBIVOROS NO ESTRICTOS A PESAR DE QUE COMEMOS LO MISMO QUE LAS RATAS Y LOS RATONES, POR PERTENECER AL GRUPO GENERAL DE LOS HERBIVOROS TAN SOLO PODEMOS FABRICAR GRASAS DE DEPÓSITO Y OTROS ELEMENTOS DE ESTRUCTURA LIPIDICA, Y EXTRAER NUESTRA ENERGIA EN FORMA CASI INMEDIATA DE LOS HIDRATOS DE CARBONO.
Cuando un investigador realiza experimentos nutricionales en gran escala, no puede hacerlo con humanos. Sería imposible conseguir que miles de personas durante muchos años consuman tan solo los alimentos y bebidas que la investigación ordena. No existe ningún buen grupo de hombres y mujeres que puedan someterse, sin jamás cometer una transgresión durante el largo tiempo que dure la experiencia, a patrones dietéticos tan estrictos.
¿Qué hacen, entonces, los científicos?
Pues, dando por cierto que existe la OMNIVORICIDAD buscan animales modelos que, suponen, pertenezcan a ese grupo. Animales que deben reunir algunas condiciones:
– Tener una vida medianamente corta.
– Ser pequeños, limpios y fáciles de conseguir.
– Tolerar el encierro, y
– Reproducirse abundantemente.
Seguramente ha adivinado a cuales eligen: ratas y ratones.
Ellos tienen una vida promedio que ronda los tres años, o sea que cada año de esos animalitos equivaldría a treinta de nosotros, y pueden acomodarse miles en habitaciones muy reducidas.
Como están encerrados, no tienen más opción que consumir lo que los investigadores decidan durante, digamos, un año (el equivalente a un tercio de la vida de nosotros).
Y si comen abundante cantidad de huevo, por ejemplo, se podrá observar que la mayoría engorda, que sus valores sanguíneos de colesterol, triglicéridos, glucosa y ácido úrico, por decir algunos, se elevan con el correr de los meses, y que las cifras de HDL colesterol descienden peligrosamente en muchos de ellos.
Entonces, simplemente, extrapolan: “si a un “omnívoro” le pasa eso por consumir mucho huevo durante el 33 % de su vida, a los otros omnívoros les pasará lo mismo. Y como el ser humano lo es...”
Algunos resultados de experiencias similares: las grasas y las carnes rojas consumidas en abundancia durante un largo tiempo aumentan los niveles de colesterol, triglicéridos y ácido úrico, y hacen descender, peligrosamente, los del bienhechor HDL (obviamente en sujetos predispuestos. Pero como nadie sabe a ciencia cierta si está predispuesto, es mejor que todo el mundo...).
Pero esos tipos de experiencias NO SIRVEN, “porque las ratas y ratones son CARNIVOROS NO ESTRICTOS y los seres humanos HERBIVOROS NO ESTRICTOS”.
De confirmarse esta hipótesis, también se les soluciona un problema a los zoólogos. Ellos, según tengo entendido, no tienen una explicación definitiva sobre cómo apareció en el planeta el primer animal omnívoro, ya que por lo que actualmente conocemos de genética, es imposible que la cópula entre un carnívoro y un herbívoro de por resultado una cría que tenga necesidades alimentarias mixtas.
Me parece mucho más lógica y fácil de aceptar la idea darwiniana de la selección natural..
Imagino que alguna vez un gran grupo de herbívoros estrictos fue sometido a una fatal hambruna, por lo que, en la desesperación, comenzaron con el canibalismo –decidieron comerse entre ellos–. Casi todos murieron, ya que su fisiología no pudo soportar semejante forma de alimentarse, pero los que lograron sobrevivir engendraron especímenes adaptados a una alimentación combinada.
O que un grupo de carnívoros estrictos sin nada para comer durante un larguísimo período, comenzaron a ingerir vegetales para paliar la horrible sensación de hambre que sentirían en esa situación (los carnívoros estrictos solo consumen animales herbívoros, por lo que el canibalismo en ellos es muy poco probable). Los pocos que sobrevivieron a esta desesperada experiencia nutricional tuvieron descendientes aptos para la alimentación binaria.
Es ahora el momento de hacer algunas reflexiones con respecto al colesterol.
Para casi todo el mundo el colesterol no es menos que un peligrosísimo virus, una sustancia casi tan ominosa como un veneno.
Es más, y esto es lo peor, hay quienes se encargan de que esta idea se difunda y se acepte como otro axioma. De esa manera gran parte de la industria farmacéutica se beneficia con el masivo consumo de medicamentos destinados a disminuir sus niveles (medicamentos que la mayoría de las veces tienen más contraindicaciones que el mismo colesterol, especialmente por las enormes dosis que se prescriben).
Veamos como es la verdad de todo, según mi modo de ver las cosas (primero me basaré en la lógica, y luego en la evidencia):
El colesterol es otro de los elementos fundamentales para nuestra existencia.
A partir de él se elaboran las hormonas sexuales femeninas y masculinas, por lo que es el responsable directo de la perpetuación de las especies. Es la base en la fabricación de una hormona sin la cual en muy pocos minutos moriríamos: la cortisona. Basándose en su estructura, nuestro organismo, con la incomparable ayuda de la luz solar, puede fabricar la vitamina D, gracias a la cual nuestros huesos pueden capturar el calcio que los eburnifica. Con él se fabrican las sales biliares, fundamentales en nuestros procesos digestivos. Es el colesterol el que forma las membranas de los miles de millones de células que dan forma a toda nuestra anatomía. E interviene en una enorme cantidad de funciones más.
Pero desechemos todo lo último. Supongamos que no sirviera más que para la primera función que enumero: la fabricación de las hormonas sexuales. ¿Puede alguien creer que tan vital función, como es la de procrear para así mantener la perpetuación de todas las especies animales que habitan nuestro planeta, pueda depender de la mayor o menor facilidad conque se disponga de alimentos que lo contienen?
Y si alguien llegase a sostener eso, cómo podría explicar que las vacas y los toros, por ejemplo, pudiesen llegar a engendrar terneros, si tan solo se alimentan con vegetales, en los que jamás está presente el colesterol (él es una molécula que solo se encuentra en la materia orgánica de origen animal). Pues la solución a este supuesto enigma es extremadamente sencilla: Las vacas y los toros, y todos los demás representantes del reino animal, fabricamos nuestro propio colesterol, y lo hacemos, TODOS, a partir de una molécula muy elemental y omnipresente en toda la naturaleza viva: la glucosa. Ella es el ladrillo con que se edifican cada una de las enormes moléculas del vital colesterol. Podría usted pretender retrucar mi hipótesis con el argumento de que los leones también se reproducen, entonces ¿Cuál es la materia prima para elaborar su colesterol, si ellos no consumen carbohidratos? Pues la respuesta también es simple: los leones, y los demás carnívoros, por supuesto (estrictos o no), primero elaboran su propia glucosa y con ella su fundamental colesterol; y la capa de grasa que los proveerá de energía si no encontrasen, aun durante muchos días, materia orgánica con la que alimentarse. ¿Y cuál es la fuente de glucosa de los carnívoros?, pues simplemente la capa de grasa y las proteínas musculares de su oportuna presa. Ellos, los carnívoros tienen la capacidad (de la que nosotros carecemos, salvo necesidades extremas) de transformar, en su hígado, las grasas y los músculos de los animales, generalmente herbívoros estrictos (que, como dijimos más arriba, transforman en grasa de depósito los hidratos de carbono que consumen en exceso) de transformarlos, decía, en glucosa. Luego de conseguida, la usan como fuente de energía, o de sustancias químicas, plásticas o de reserva (tal cual como nosotros lo hacemos con los azúcares y los almidones).
Pero esto no es más que otra de mis hipótesis. Si otro mejor dotado puede explicarme con otros argumentos (basándonos ahora en la evidencia) por qué a mis pacientes, a los que les indico no consumir en forma cotidiana alimentos que tengan una gran cantidad de hidratos de carbono por unidad de medida, les baja el colesterol LDL, se les elevan los niveles de HDL, descienden sus valores de triglicéridos y ácido úrico, y, fundamentalmente, adelgazan (disminuyen sus grasas de reserva), y su explicación me convence, juro defender su hipótesis con el mismo entusiasmo conque defiendo ahora la mía.
Sin embargo a los hipercolesterolémicos a los que se les restringe la ingesta de grasas por tiempos prolongados, su problema aparentemente les mejora.
Esto, según mi opinión no debiese ocurrir, pero, sin embargo, sucede en realidad. Pero no es ningún misterio. Es más: la respuesta es muy simple.
No solo comemos grasas animales porque son agradables al paladar y permiten diversificar nuestra prácticas gastronómicas, sino porque son, fundamentalmente, “substancias plásticas” (y muchos de sus componentes,”esenciales”) que están destinadas a elaborar elementos de reemplazo y reparación, y ayudar a fabricar un sinfín de productos químicos vitales.
Si carenciamos fuertemente a una persona de su ingesta durante un lapso suficientemente largo, como emergencia tendrá que echar mano a las ya fabricadas que forman parte de su estructura, y reciclarlas. El colesterol y los triglicéridos que circulan en su sangre son los lípidos que están más al alcance. Luego, al utilizarlos para menesteres más vitales, sus niveles descenderán.
Lo que nadie asegura es que también descienda el ritmo de fabricación de esas substancias, que, le recuerdo, en los humanos se elaboran a partir de los carbohidratos.
Creo que si esos dos elementos son la real causa de la tan temida aterosclerosis, lo son a partir de un aumento en el ritmo de fabricación a nivel de las partes mas internas de las paredes arteriales.
Como consecuencia, me parece más lógico que en lugar de reciclar lo ya fabricado, morigeremos el ritmo de su fabricación, lo que puede conseguirse si se disminuye en forma muy importante el ingreso de la materia prima para esa elaboración: los hidratos de carbono.
Cuando los humanos consumimos una cantidad de ellos (harinas, azúcares, miel...) acorde a nuestras necesidades y sin cometer excesos en forma cotidiana, los mismos son combustionados en su totalidad gracias a nuestra actividad habitual. Pero si comemos más de lo que podemos utilizar (cosa de lo más corriente), el organismo acapara los exceso, como ya hemos visto. Es el hígado el encargado de esa vital operación: transforma los azúcares excedentes en substancias lipídicas y ellas se guardan en los depósitos destinados a ese fin, el tejido graso que tenemos debajo de la piel de casi toda nuestra humanidad, y entre los intestinos, fundamentalmente.
La capacidad de fabricar grasa de reserva en mayor o menor cantidad, es diferente entre una persona y otra, aunque consuman lo mismo y realicen la misma actividad física. Existe una predisposición genética, que no se puede modificar, mayor en unos que en otros para llevar a feliz ( o infeliz?) término esta adaptación que puede llegar a defendernos de posibles contingencias, de la posibilidad cierta que tenemos todos de tener que pasar largos períodos sin poder consumir alimentos en cantidades y calidades suficientes, y sobrevivir al trance.
Todos conocemos a personas que sin importar qué ni cuánto coman, se mantienen siempre delgadas, aunque ni siquiera realicen alguna actividad física de relevancia. Generalmente son envidiados por todos, pero no veo el porqué de la envidia. Ellos han nacido con una genética incapacidad de guardar grasas para alguna futura emergencia. Y les aseguro que cuando las emergencias ocurren, las cosas no les van tan bien.
Después que lea la Sexta Hipótesis entenderá mejor lo que quiero decirle.
No acabo de pillar la diferencia entre carnívoro no estricto y herbívoro no estricto, ¿porque un ratón lo clasifica como carnívoro no estricto y un humano como herbívoro no estricto?. Agradecería que me demostrase la diferencia en los elementos químicos esenciales de estas dos especies para poder realizar tal clasificación, ¿existe algún estudio serio sobre las diferencias en los elementos químicos esenciales de estas dos especies?. Tengo entendido que los ratones comparten más del 80% del código genético con los seres humanos (http://www.prodiversitas.bioetica.org/prensa40.htm) y que ese es uno de los motivos para elegirlos en la experimentación, aparte de las cinco razones que ha comentado usted (omnivoracidad, y los otros cuatro puntos). Antes de apoyarnos en hipótesis como esta para continuar con el desarrollo de su tesis sería interesante que dicha hipótesis se sostenga con algún argumento más, no sería aconsejable que su complejo razonamiento se convirtiera en una falacia por una base débil.
Sobre el colesterol ¿no será cuestión de que las autoridades hablan de grados más que demonizar completamente a la sustancia?. Por ejemplo, el potasio desempeña un papel fundamental en el metabolismo celular, pero su deficiencia o exceso pueden ser fatales para la salud, el exceso de potasio genera trastornos cardíacos.
Saludos,
David
Mi estimado lector, si no acaba de entender la diferencia entre carnívoro no estricto, etc, debo pedirle disculpas por lo escueto de mis explicaciones. Quizá leyendo la hipótesis unas cuantas veces más, y reflexionando sobre lo leido entienda el espíritu de lo que escribo. No se me ocurre ningún argumento más, que no haga de este blog todo un tratado de fisiología comparada, que el de la evidencia diaria. Esta hipótesis nació de la necesidad de explicarme por qué a mis miles de pacientes hipercolesterolémicos a los que he aconsejado disminuir fuetemente la ingesta de alimentos que contienen una gran cantidad de carbohidratos por unidad de medida les desciende el colesterol, les aumentan los niveles de HDL, bajan sus triglicéridos, etc, etc. A pesar de que de todo lo demás pueden consumir sin restricciones. Quizá esto también sea una falacia, pero como desde hace algo más de veintiocho años funciona CON TODOS, viva la falacia! De todas formas esto no es más que una hipótesis de trabajo; si es usted la persona mejor dotada que estoy buscando desde hace años, benditos sean sus pareceres. Si los tiene explíquelos aquí, y si me convencen (soy de una mente extremadamente abierta -mi declarado excepticismo no es tan solo una declamación-) le juro que los defenderé como si fuesen mios.
Cuando en su último párrafo habla, usted del colesterol, debo hacerle una importante corrección: EN LA CIENCIA "NO HAY AUTORIDADES", a lo sumo hay EXPERTOS. El creer en autoridades es el alma del dogmatismo. De todas maneras, como soy muy torpe, no me hice entender: yo me baso en lo que la gente cree comprender, no en lo que los expertos dicen. Mi estimado David: la ciencia no es democrática, no tienen razón los que más adeptos consiguen -porque son muy elocuentes, por ejemplo-, sino los que dicen lo correcto.
Un abrazo.
Bueno, sobre el tema del colesterol, usted se ha fijado en la palabra "autoridades", llámele "consensum eruditorum", especialistas o como quiera, cuando un científico realiza un descubrimiento presenta su trabajo en revistas especializadas de suficiente prestigio, las revistas antes de publicar el trabajo lo enseñan a científicos reconocidos en el área en cuestión y dan su veredicto. Pero no era eso lo que le había comentado, usted decía “para casi todo el mundo el colesterol no es menos que un peligrosísimo virus, una sustancia casi tan ominosa como un veneno.
Es más, y esto es lo peor, hay quienes se encargan de que esta idea se difunda y se acepte como otro axioma”, lo que han dicho especialistas sobre este tema es que el colesterol debe mantenerse en un rango determinado, no que sea un veneno. Pongo un ejemplo:
"El colesterol es una sustancia blanda y grasosa que proviene de dos fuentes: el cuerpo y los alimentos. El colesterol que circula por la sangre se llama colesterol total en sangre; el que proviene de la comida se llama colesterol de la dieta. El tener niveles excesivos de colesterol en la sangre eleva el riesgo de desarrollar enfermedades del corazón y de sufrir un ataque al corazón. Sin embargo, el cuerpo necesita cierto nivel de colesterol para funcionar normalmente, y el hígado produce todo lo necesario. (fuente: http://www.americanheart.org/presenter.jhtml?identifier=3018668 )"
No se lo tome a mal, por favor, es importante que la gente tenga un espíritu crítico y que no acepten las cosas a las primeras de cambio, usted mismo creo que estará de acuerdo en esto. Entiendo que cuando se alaba un trabajo el autor se sienta satisfecho y cuando no pues no guste tanto, es parte del ego, yo estoy siguiéndole con mucho interés y le respeto profundamente pero no puede esperar que todo el mundo le regale los oídos, si cree que le he faltado al respeto hágamelo saber y le pediré disculpas, pero acepte deportivamente que hay personas que nos cuesta más aceptar ciegamente las cosas que nos cuentan.
Un abrazo,
David
Querido amigo,
A ver si nos entendemos. Yo no pretendo ningún acto de fe en mis discursos. La fe es para las religiones, y en la ciencia no se necesita despertar la fe, sino convencer.
Yo no busco a nadie que me dé lecciones (disculpe mi dificultad para hacerme entender) sino a alguien que explique con mejores argumentos las causas de los resultados de mis evidencias. Paso a contarle un poco de historia:
Cuando en 1978 (principios de abril) le di a mi primera paciente en esto de adelgazar (Emilia F.) una hoja manuscrita con alimentos que se basaban en la "Dieta de Banting" (Médico inglés de fines del siglo XIX), comenzó todo.
A fines de septiembre de ese año tenía tantos pacientes que no podía yo solo con ellos, por lo que pedí ayuda a dos colegas para
que nos hiciéramos cargo de tantos
adelgazófilos. Formamos un equipo y la cosa se hizo "manejable".
Como les permitíamos el consumo irrestricto de alimentos que contenían lípidos -y todo los demás- (tan solo le proscribíamos los carbohidratos concentrados para consumo cotidiano), educados en una escuela en donde el dogma es el "bien más preciado", decidimos pedirles análisis de colesterol: si les "subía" eliminaríamos los fritos y las grasas. Cuando al tiempo pedimos un recontrol, a todos, los valores les habían descendido. Como al principio eran no más de diez o doce, pensamos en la casualidad. Cuando fueron más de cien se nos antojó que la "casualidad" no era un buén argumento. Cuando pasaron largamente de los mil, nos dijimos: algo raro está pasando. "Lo que nos enseñaron en la facultad no es lo cierto" (como tampoco era cierto lo que las facultades enseñaban a mediados del siglo XIX: "Lo que produce las infecciones son los miasmas". SI SEÑOR, ellos pensaban que desangrando a un febril se le quitaban esos miasmas. Y -eso era lo oficial-).
Es por eso que se me ocurrió pensar qué sucedía con nuestros pacientes, que ha pesar de que tenían permitido el consumo irrestricto de alimentos que contenían colesterol, sus niveles en sangre descendían contrariando a todos los razonamientos aprendidos de nuestros "sabios maestros" (sepa disculpar, por esas épocas tenía yo no más de treinta y un años). Es por eso que tuve que buscar hipótesis que explicaran el "extraño fenómeno".
Esas son las que usted está leyendo. Yo NO AFIRMO, tan solo TEORIZO, por eso estoy buscando desesperadamente a alguien que razone mejor que yo: tengo mucho miedo de crear mis propios dogmas.
No fué una ironía en pensar que usted pudiese ser esa persona,... tan solo fué una esperanza. (Le juro que todavía pienso que usted es colega o alguien que se dedica a las ciencias biológicas. Su modo de expresarse me plantea esa cuestion).
Alrededor de los siglos III ó IV un enorme grupo de "consensum editorum", presentaron sus trabajos ( no en revistas, aún no se habían inventado) sobre que la tierra era el centro del universo (tengo montones de ejemplos más, pero ése me ha parecido el más contundente), y desùés de tanto tiempo, alguien, Copérnico, descubrió que todas las elucubraciones eran falsas. ¿Por qué no han de resultar falsas las teorías de ahora? si la evidencia dice que lo son.
No sé como interpretó lo que leyó, pero no existe "el colesterol de la dieta". NUESTRO colesterol lo fabricamos los humanos (y todos los demás animales) a partir de una materia prima esencial: la glucosa, y por supuesto "ES FUNDAMENTAL" (LA PERPETUACIÓN DE LAS ESPECIES ESTÁ A SU CARGO, por ejemplo - ya lo ha leido-). Y eso de que la formación del colesterol es función del hígado, es un error en su información: el hígado tan solo fabrica el 70% del colesterol que llevamos encima, el resto lo fabrica todo lo demás de nuestra economía (incluyendo a los endotelios de nuestras arterias).
Para mi es fundamental que la gente tenga un espíritu crítico. Y le aclaro que yo no pretendo que acepten las cosas que elucubro. Casualmente, semsu contra, estoy esperando las críticas. Jamás, creo, aceptaría que alguien me "regale los oidos ". Estoy buscando a alguien que me diga la verdad si ha descubierto que estoy equivocado.
Estimado David, usted sabe mucho de mi, pero yo no sé nada de usted (cosa que me pone en desventaja).
Escríbame a cesareo_rodriguez@hotmail.com
No podemos aburrir a toda la gente que visita el blog con nuestras discusiones. No puedo (y se me hace extremádamente dificil) discutir con alguien a quien no conozco ni en su más mínima expresión.
Claudia y amigas
En realidad, si hay consenso es que no se trata de ciencia, porque en la ciencia nunca hubo consenso sobre nada. El consenso se puede hallar entre grupos políticos, pero se trata de conveniencias e intereses personales proyectadas a futuro.
Sobre el tema de publicaciones científicas con “revisión de los pares,” (o peer review”) la experiencia que se está acumulando demuestra que esta práctica ha sido degrada a niveles alarmantes, y los casos de fraudes científicos en diversas ciencias es una evidencia patente, como el reciente caso del investigador coreano sobre células madres que reconoció el fraude y fue sancionado por la comunidad científica. Sobre todo las revistas científicas “fashion” como Science y Nature muestran un nivel de seriedad que cae cada vez más bajo, como lo demuestran la publicación de “papers” de muy dudosa validez en el campo de la climatología, por ejemplo.
Se me ocurre que la diferencia entre herbívoros y carnívoros no-estrictos (me gustaría llamarles no-fanáticos) se basa en la configuración de sus intestinos (cortos para los carnívoros “puros” , y largos para los herbívoros “puros” –mientras que el hombre tiene un largo intermedio de intestinos que lo ubicaría en su peculiar categoría de “omnívoro”, aunque al Dr. Rodríguez no le agrade esta clasificación.
También juega en este asunto la evolución de las especies, donde la dentadura parecería jugar un papel importante, donde la presencia de colmillos para desgarrar la carne es un dato a tener en cuenta. Hay otros animales como los saurios, por ejemplo, que si bien son carnívoros carecen de molares y son todo colmillo: necesitan apresar sus presas e impedir que escapen. Después engullen a sus presas enteras, o si la presa es demasiado grande (vacas, tapires, etc) lo hacen desgarrando sus cuerpos una vez que se han podrido lo suficiente y se han tornado materia blanda.
También la conformación de las demás piezas dentales indica una adaptación a las necesidades o a la disponibilidad y abundancia de presas (para los predadores carnívoros) o su ausencia para los herbívoros. También es importante la manera en que los molares y dientes de los herbívoros (rumiantes sobre todo) se van formando de manera constante para restaurar el desgaste que se produce por el constante rozamiento entre ellos. Los rumiantes y otros herbívoros no “muelen” el alimento sino que el movimiento de la quijada inferior tiene un desplazamiento lateral mientras muerde.
Muchos monos son estrictamente herbívoros, pero sin embargo presentan colmillos, lo que indica que esa especie fue carnívora en sus comienzos, o por lo menos a mitad de su camino evolutivo. Los demás son carnívoros no-estrictos. ¿Las aves? Las hay totalmente carnívoras, las totalmente comedoras de semillas y frutas, y las que comen de todo, sobre todo insectos, lombrices y gusanos.
Pero creo que tampoco mi explicación satisfará a David, de modo que pido disculpas.
Por último, las ratas y otros roedores son usados en los experimentos científicos porque son baratas de producir y de alimentar, y porque tienen un ciclo de vida muy corto que permite obtener resultados de experimentos sobre algunas generaciones en pocos años.
Sin embargo, está creciendo la opinión que las ratas “no son seres humanos pequeños,” y los resultados de los experimentos no pueden ser traspolados a los seres humanos. Por ejemplo, los cerdos tienen un parecido mucho mayor con el hombre, debido a su metabolismo. Y los cerdos son carnívoros “no estrictos”. Pero tienen una vida más larga, como los perros, son más caros por unidad (cuesta mucho dinero hacer un experimento con 200 cerdos, por ejemplo) y más caros de alimentar.
Por otra parte, las ratas han sido modificadas genéticamente y se consiguen especies que son mucho más sensibles al cáncer que las otras especies, muy usadas en los experimentos para determinar el potencial cancerígeno de muchas sustancias consideradas sospechosas. Lástima que después esos resultados se proyectan a los seres humanos de manera indebida y se prohíben sustancias químicas y productos que son inocuos para el hombre a las dosis halladas normalmente en el ambiente.
Un saludo para todos y espero que los “gorditos” sigan las indicaciones del Dr. Rodríguez porque sabe muy bien de lo que está hablando: de sus largos años de experiencia en la investigación del tema –y no en la provisión de dietas para adelgazar.
Eduardo Ferreyra
Ante todo, gracias por su comentario y su adhesión a mis hipótesis.
No es que no me gusta la tercera clasificación de los animales (en omnívoros), sino que, realmente me parece una falacia muy peligrosa para el entendimiento de nuestros procesos fisiológicos, para la comprensión de lo que nos puede hacer mal o bien, extrapolando los resultados en modelos animales “semejantes”. El ejemplo que usted da al hablar de los ratones genéticamente modificados, de los que se proyecta a los humanos el resultado de su exposición a productos cancerígenos me parece tan acabado que no creo necesario dar otro (aunque hay miles).
Si a un extraterrestre que conociera tan solo a dos de los grupos de animales según su modo de alimentación que habitan nuestro planeta (carnívoros y herbívoros) se le pidiera reflexionar sobre un posible tercer grupo de animales de alimentación mixta, seguramente pensarían que hubiesen de tener intestinos ni tan cortos ni tan largos; estarían provistos de una dentadura mixta…, y no creo que se extendieran mucho más allá en la imaginación de cómo sería esa tercera especie. De la misma forma razonaron los biólogos de hace siglos, cuando la evidencia, creían, les demostraba, “inequívocamente”, la existencia de las tres clases.
A principios del pasado siglo, el danés Nicolás Bohr dibujó por primera vez lo que él creía era la estructura de un átomo, aunque jamás pudo demostrar que era realmente así, el modelo funcionó (y funciona hasta ahora; y no creo que haya ni siquiera “algunos” que se opongan a ese modelo). El también teorizó, y la evidencia hasta ahora va diciendo que su teoría está acertada. Es hermoso sentir que la evidencia de muchos años de observación le dice a uno que su teoría, por lo menos, no es disparatada.
Pequeña corrección, amigo Eduardo,: los cerdos son, como nosotros, herbívoros no estrictos.
Nuevamente: gracias.
Seguiré leyendo con mucho interés sus próximas entregas.
Un abrazo y buen trabajo,
David
Yo soy una persona obesa (y creo que aceptarlo es el primer paso para dejar de serlo, como los alcoholicos) y no refiero a mirarse al espejo y verse gordo, NO, ni muchos, me refiero a aceptar que se es obeso y que aunque se adelgace se es obeso (espero haberme sabido explicar).
Una vez que acepte mi obesidad me replanteé mi alimentación, yo comía poco y mal, eso estaba claro (anémia, debilidad, estomago inflamado, dolor de cabeza constante, etc) y aún asi era obesa ¿qué estaba pasando? pues a esa pregunta le busqué respuestas, me leí montones de libros (jamás vi uno suyo) y entre ellos todos los que hablaban de " la otra forma de alimentarse" y era la de comer casi sin HC y la lógica y claridad de sus explicaciones me hizo reestruturar mi mente, no me fue facil quitarme de encima la famosa teoría de la alimentación, pero creo que lo he logrado ¿cómo? pues facil suprimiendo de mi alimentación la pasta, el arroz, el azúcar y los cereales.Como todo la carne y pescado que mi cuerpo me pide y los pocos hidratos que ingiero son de la verdura.
Llevo asi 3 meses y me acaban de hacer una analítica completa y ya no tengo anémia, no me duele la cabeza y me encuentro BIEN, algo que no podía decir en años.
Mi volumen se ha reducido a la mitad ¡¡es increible!!! y eso que mi peso no ha variado tanto, 8 kilos menos.
Aquí me gustaría preguntarle ¿porqué no refleja el peso todo ese volumen? usaba en julio una talla 52 y ahora llevo una 46, son 3 tallas de ropa menos. Gracias por sus atenciones y por este blog.
Atentamente Mª Dolors
Querida María, habla usted, en parte, como si ya hubiese leído todo El secreto... Pero también se conoce que aún no terminó, lógicamente, de leer todo (le ruego tenga paciencia, de todas formas siga con lo que está haciendo: todo está 100% bien -más adelante entenderá por qué le digo esto-). Con respecto a la cuestión sobre la aparente NO RELACIÓN entre el peso perdido y el enorme cambio en su imagen, no tengo más remedio que adelantarme a lo que irá más adelante y contestarle ya.
María Dolors, ADELGAZAR ES AFINAR, NO ALIVIANAR. NO IMPORTA CUANTO PESO SE PIERDA SINO QUE TAN DELGADO SE PONGA UNO. LA GORDURA ES UN PROBLEMA ESTÉTICO, EL ADELGAZAMIENTO ES UN MEJORAMIENTO DE LA ESTÉTICA, Y NO HAY BALANZA EN EL MUNDO QUE PUEDA DECIR SI SU CUERPO ESTÁ MEJOR O PEOR (EL QUE PUEDE DECIR ESO ES EL CENTÍMETRO).
Esto que ha leído ha de parecerle muy lógico (por lo menos así le ha parecido a los miles de pacientes a los que se lo he comentado -usando exactamente las mismas palabras-). A pesar de eso en estas casi tres décadas el 99.9%, cada vez que vienen a la consulta lo primero que hacen es subirse a mi balanza. ¿Y por qué no me deshago de ella?, se preguntará, pues le cuento que siempre me lo he propuesto, pero la razón siempre puede más que las ganas: están tan bombardeados por todos los medios con el concepto que adelgazar es bajar de peso, que les parecería absurdo entrar a un consultorio en donde hay un médico al que van a ver con el objeto de adelgazar, pero no hay balanza. No vendrían más (no puedo convencer a nadie en la primera charla) con lo que me perdería la oportunidad de pergeñar una estrategia para disuadirlos y ayudarlos.
Todo lo que le ocurre lo comprenderá finalmente el próximo fin de semana, cuando ponga en el blog la quinta hipótesis: “NO DEBEMOS CONFUNDIR ADELGAZAR CON ENFLAQUECER”.
Le mando un beso. PD: ¿De que parte de España es usted?, por allí escribe como hablaban mis abuelos maternos, que eran andaluces, pero su nombre, María Dolors, me suena a que és del norte (de donde eran mis abuelos paternos -como verá, soy un español que nació en otro lado-).
Agradeciendole su respuesta quedo esperando su siguiente entrega y le envio un cordial abrazo.
¡Que buena mezcla: catalana y andaluza.
Espera usted mi respuesta, pues yo su inmediato comentario posterior.
Un beso, niña.
Con respecto a por qué el peso no refleja el afinamiento en su silueta, es que a mismo volumen el músculo pesa más que la grasa.
Seguro que Cesáreo se lo explicará mejor, pero cuando disminuye la masa de grasa y aumenta la masa muscular, se puede llegar a estar mucho más "delgado" pero al mismo tiempo más "pesado".
También el aspecto de delgado o gordo depende bastante de la contextura del esqueleto y de la talla. Las personas altas parecen ser más delgadas que las personas de menor estatura. Por esos los "petisos" parecen ser más gordos que los más altos porque con menos volumen de grasa rellenan más rápidamente su volumen corporal.
Hay personas "delgadas" (por falta de grasa en exceso) pero que parecen muy voluminosas por tener un esqueleto de huesos gruesos. Y lo contrario también es cierto, hay algunos con buena masa de grasa pero huesos muy delgados le hacen parecer "flacos".
Un saludo de un descendiente de antiguos gallegos y navarros (1573!).
Eduardo
PS: Cesáreo, fue un lapsus mentae lo del cerdo, ya que su costumbre (¿o instinto?) de comer carne es menos fuerte y menos frecuente que el de comer vegetales. Mis disculpas...
Sigo disectando los contenidos del blog. esta discusion respecto a la clasificacion de la especie humana con base en la alimentacion carnivora o herbivora ha sido herramienta de batalla de los vegetarianos radicales.
recuerdo yo que mi maestro de anatomia comparada y particularmente en sus practicas, ya sentaba la duda de por que No podemos clasificarnos herbivoros y si de alguna manera omnivoros pero especializados...la configuracion dental, la estructura intestinal (transversal) muy extensa para una absorcion mas adecuada de los compuestos de origen animal y la absoluta incapacidad de asimilar celulosa insinuaban un punto medio. El nunca lo reclasifico "el dogma pesa", pero con frecuencia bromeaba con los flacos y las flacas del curso orientandolos a engordar, pues ahi se guardaban las reservas de la vejez en particular de las hormonas femeninas.
recuerdo a su vez que algun compañero nos invito a participar en una una prueba nutricional (esos ejercicios de facultad), donde consumiamos por unica comida 250 gramos de aguacate, 250 gramos de pan y agua la que quisieramos asi por 30 dias...Obvio ninguno perdio peso que era el objetivo del estudio
Quisiera aportar mas pero me enfoque en el area agricola, no obstante los argumentos me estan impulsando a repasar todos los contenidos de metabolismo humano.
Un cordial saludo Dr.
JOSE CALLEJAS
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