04 febrero, 2007

 

Mito cinco (1ra parte)

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MITOS EN MEDICINA
(Muchas veces la creencia popular hace más daño que la más profunda ignorancia)

5º MITO (1ra parte): ¿LA HIPERTENSIÓN ARTERIAL DA SÍNTOMAS? ¿CUÁLES? (Primera parte)

La hipertensión arterial es el segundo trastorno crónico de salud de toda la medicina (el primero son los trastornos producidos a causa de la mala alimentación).
Y es en la hipertensión en donde la creencia popular ha influido más con sus mitos (obviamente, ha influido en contra).

¿Le duele la cabeza?: tiene alta su presión.
¿Tiene mareos?: su hipertensión se ha descontrolado.
¿Le sale sangre de su nariz? (a eso los médicos le llamamos “epistaxis”): su presión debe estar por las nubes.
Y así un sinnúmero de síntomas son los que “alertan” a los hipertensos de que “las cosas no andan bien”.

Entonces el que de pronto comienza a sentir dolor de cabeza, o mareos, o comienza, sin motivo aparente, a sangrar por su nariz (o siente alguna cosa rara, cosas que son tantas que sería aburrido enumerar), sale corriendo a la farmacia, o al enfermero de la esquina, o llama a la guardia de emergencia médica (si es que no ha cometido el desatino de tener un tensiómetro en casa). Le toman (o se toma) la presión, y efectivamente está alta, como lo suponía.
Entonces vienen los consejos de las “personas que saben”: -Tómese otro comprimido ¡Ya!- o –Haga reposo y coma sin sal- o –Vaya corriendo a consultar a su médico.
O los médicos de la emergencia, que ni siquiera lo han visto una vez, le ponen debajo de la lengua un ansiolítico (antes era peor, porque tenían la costumbre de ponerle allí el contenido de una cápsula de Nifedipina -10 miligramos-, que era mucho, muchísimo más dañino que tener la presión elevada). Le aplican una inyección de diurético (generalmente uno llamado furosemida), se quedan con el “paciente” dos o tres cuartos de hora, controlan que la presión ha descendido, y se van tan campantes.

Todo este accionar ante un aumento de la presión parece lógico y normal. Pero no lo es para nada.
La pregunta fundamental es ¿Por qué los hipertensos se espantan de esa forma cuando sus cifras tensionales se elevan inesperadamente? Y la respuesta es la que todos esperan: porque tienen terror a las consecuencias de padecer un “ATAQUE DE PRESIÓN”. ¿Quién no conoce a alguien que lo ha padecido? Han quedado hemipléjicos, eso quiere decir que una mitad de su cuerpo ha perdido, en mayor o menor medida, la movilidad, y, en la mitad de los casos, cuando eso ha sucedido en el lado de su mano diestra, ya no pueden casi hablar, porque el centro cerebral en donde se coordina el complejo mecanismo de emitir la palabra, se encuentra en el mismo hemisferio que coordina los movimientos diestros de esa mano (y del miembro inferior del mismo lado). Vamos: los diestros de mano derecha, que son la mayoría, cuando la hemiplejia es en el lado derecho, y al revés en los diestros de miembros izquierdos.

Imaginemos un “ataque” de ese tipo.
Juan está almorzando mientras conversa animadamente con su esposa. En un momento comienza a sentirse raro: se le dificulta sostener el cuchillo en su mano, a causa de que la fuerza se va perdiendo en ella segundo a segundo; al mismo tiempo nota que la comisura de sus labios se va ladeando, lo que le dificulta emitir la voz, dificultad que también se agrava rápidamente; nota que cada vez se le hace más difícil nombrar correctamente las cosas aunque en su cerebro las piense correctamente, o hilvanar las frases que en su cerebro siente correctamente hilvanadas. Comienza a sentir un pánico atroz, por lo que instintivamente intenta pararse, pero como el miembro inferior del mismo lado también perdió las fuerzas (cosa que no notó al estar sentado), se desploma.
Ahora quien está presa de pánico es su esposa. Se arrodilla, lo acuesta boca arriba en el piso y comienza a preguntarle desesperada qué le está pasando. Mas él no responde, primero porque se encuentra obnubilado, y segundo porque no puede emitir palabras.
Ella sale corriendo a buscar ayuda, y cuando ésta llega, lo primero que se hace es tomarle la presión arterial. Como era de suponer, está elevadísima, digamos a manera de ejemplo que tiene 260 mm de mercurio de presión sistólica (“presión máxima” como la denominamos usualmente), y 165 mm de presión diastólica (o “mínima” como la llamamos casi siempre). Aclaración: los médicos y enfermeros tenemos la costumbre de calificar las cifras tensionales en milímetros de mercurio, el resto de la gente lo hace en centímetros de mercurio (y en centímetros les comunicamos a nuestros pacientes su presión, para hablar su mismo idioma), por lo que para todo el mundo Juan tiene, después del “ataque”, 26 / 16,5. ¿Consecuencia de todo esto?:
Juan ha sufrido “un ataque de presión”.

Pero es falso, lo que Juan ha padecido es un ACCIDENTE CEREBRO VASCULAR. (Las más de las veces una isquemia –falta transitoria de sangre en una zona de un hemisferio cerebral, lo que produce “sufrimiento neuronal”-, o un infarto –ausencia permanente de sangre en esa misma zona, lo que desencadena la muerte de los millones de neuronas que forman esa porción de cerebro que maneja los movimientos de los miembros superiores e inferiores de la mitad opuesta, y el centro del habla –si la mitad opuesta es la mitad diestra, como les comenté antes-).
Pero quizá Juan no era hipertenso, o si lo era, sus cifras tensionales siempre estaban acotadas porque era un buen paciente y tomaba los medicamentos religiosamente, y concurría a cada visita de control con su médico sin faltar a ninguna.

¿Qué ocurrió entonces?
El cerebro es el órgano más cuidado de toda la economía, y es el que pone de manifiesto más prontamente cualquier falla en ese cuidado.
Como todo el resto del cuerpo, está alimentado y oxigenado por la sangre. Sangre que transcurre por sus arterias a una determinada presión. Pero como es el órgano que comanda a todos los demás, se le ha dado una gracia que los demás no tienen: PUEDE REGULAR LA PRESIÓN DE SUS PROPIAS ARTERIAS. Por un mecanismo muy complejo, sin importar que la presión del resto del cuerpo esté elevada, él siempre mantiene la tensión de sus arterias al nivel que le conviene (en casi todos, más bajo que la presión arterial general).


Supongamos dos sectores vecinos de masa cerebral, y llamémoslos A y B. Cada uno tiene una arteria que lo irriga. Digamos que al sector A lo irriga la arteria 1, y al sector B la arteria 2. Como medida de precaución, de la arteria 1 salen muy pequeñas arteriolas que van hacia el sector B, y de la arteria 2 arteriolas que van al sector A (además, cada sector recibe arteriolas de las arterias, digamos, 3, 4, 5… pero para no hacer tan engorrosa la explicación, quedémonos solo con la 1 y la 2. Todo ese entramado accesorio se deniminan "colaterales").
Existe una patología universal a la que conocemos como “aterosclerosis”.
Esa palabra proviene del griego athéeree: que significa papilla y de otra palabra griega, Skléeroosis, que significa endurecimiento.
La arteria está formada por tres capas, cada una llamada “túnica”, la interna (o íntima), la media (que es muscular) y la externa. La aterosclerosis es la formación de depósitos o placas de color amarillento, en la túnica íntima y en la porción más interna de la túnica media, de colesterol y otras substancias que con el correr de los años se van calcificando. A esa placa se le denomina ateroma. Eso ocurre en las arterias de grueso y mediano calibre.
La mayor parte de las veces, esas placas van cerrando lentamente la luz de la arteria, hasta que en un momento, la rugosidad de la superficie de cada ateroma produce la formación de un pequeño coágulo de sangre que la obstruyen totalmente. Allí se produce un tipo de “accidente cerebrovascular” (ACV), llamado “trombosis” (palabra derivada, también, del griego: thrombo, que significa coágulo).
Al irse cerrando lentamente, digamos, la arteria Nº 1, la 2 a través de sus colaterales le va enviando sangre para que las neuronas de la zona A no se vean carenciadas de nutrientes y, fundamentalmente, de oxígeno. Pero en el momento en que el trombo tapona total e instantáneamente la arteria principal de la zona (la Nº 1), la zona A se encuentra sin oxígeno suficiente, y las neuronas que la componen comienzan a sufrir la ausencia del vital elemento, por lo que empiezan a funcionar cada vez peor, hasta que en dos o tres minutos dejan de hacerlo. Eso es lo que le pasó a Juan mientras almorzaba con su esposa. Entonces, el cerebro envía mensajes para que la presión arterial se eleve con el doble objeto de “destapar” la obstrucción, y fundamentalmente, aumentar el flujo de emergencia a través de las colaterales que provienen de la arteria 2.
En resumen, y para terminar con este galimatías, el accidente cerebrovascular es el que hace elevar la presión, y no la alta presión la que produce un accidente cerebrovascular. (aunque debemos reconocer que la alta presión crónica y mal tratada -o no tratada-, es precursora, además de los desarreglos nutricionales, de los tan peligrosos “ateromas”).

Existe otro tipo de accidente cerebrovascular, gracias a Dios menos frecuente, al que denominamos “embolia” (del griego en, “dentro”+ bóllein “arrojar”), y que definimos diciendo que es la oclusión repentina de una arteria por un coágulo o por alguna otra sustancia extraña (por ejemplo, un trocito de ateroma que se desprende de una placa), y que empujado por la sangre va recorriendo las arterias, que se hacen cada vez más pequeñas a medida que se alejan del corazón hacia la periferia, hasta que encuentran una de un diámetro menor al émbolo y la atasca, impidiendo la circulación de allí en adelante. En estos casos el problema es más grave, porque la zona cerebral afectada no se estaba preparando, como en la trombosis, con “sangre extra” que provenía de la arteria vecina a través de las colaterales. Por eso, en las embolias es muchísimo más común la muerte de las neuronas que el simple “sufrimiento”.
Ese es el motivo por el cual los afectados de trombosis puedan recuperarse mejor (a veces en un 100 %), que los de embolias, que generalmente quedan con la hemiplejia por el resto de sus días.

La pregunta del millón de dólares es ¿Debemos bajar la presión a la víctima de un accidente cerebrovascular?. Mi opinión es NO (pero es tan solo mi opinión, JAMÁS PRETENDERÍA SER UN CONSEJO). El que tenga la presión alta durante algunas horas no ha de hacerle ningún daño (la economía soporta eso sin dificultades), y si lo que ha sufrido es una trombosis (mucho más comunes que las embolias), las neuronas “sufrirán”, pero no “morirán”.

Yo pensé, al imaginar desmitificar el hecho de que la hipertensión no da síntomas, que la cosa sería más sencilla. Estoy acostumbrado a explicarle esto a mis pacientes con palabras y dibujos, pero se me ha tornado mucho más arduo de lo imaginado. Por eso, continuaremos el tema en la próxima entrega, ya que todavía hay mucho por conversar.


Trigésimo segunda entrega: "¿LA HIPERTENSIÓN ARTERIAL DA SÍNTOMAS? ¿CUÁLES?" (Segunda parte)

Comments:
Cuanta ignorancia por mi parte, le agradezco mucho sus explicaciones tan bien hechas, esperaré con sumo interes la segunda parte aunque aún releere mas de una vez esta primera.

un abrazo
 
Contestando a María Isabel.

Estaba seguro que sería usted la primera en opinar (por eso me apuré anoche, soportando los retos de mi esposa e hijos por no concurrir a tiempo a la cena), para que Marcelo lo pusiera hoy en el blog.
El tema es muy simple, pero extremadamente dificil de explicar tan solo con palabras que se han de leer; por lo que la idea de releer más de una vez todo me parece lo correcto.
Le mando un beso.
 
Yo lo leí ayer y he vuelto a leerlo hoy y no acabo de entenderlo bien, espero la siguiente entrega a ver si soy capaz.
El tema de la tensión me preocupa, aunque siempre la tengo bien, pero mis padres ambos se medicaron durante muchos años porque empezaron bien pronto a tenerla alta, mucho antes de la edad que yo tengo ahora.
A mi padre le dió su primera embolia a los 42 años y al final de sus días (murió con sólo 68 años) le daban unos mareos, que nos dijeron que eran pequeñas embolias.
Asi que espero ser capaz de entender bien este tema.
Muchas gracias dr. por su paciencia.
Le mando un gran beso desde Barcelona
 
dr. vengo muy contenta a decirle algo y se lo digo aquí para que todo el mundo lo sepa.
Vengo de comprar, he caminado y no he sentido dolor, no me he tenido que sentar en cada banco del camino...Dios le bendiga
Tomo lo que usted me dijo y con el gran vaso de agua [b]antes[/b]de las comidas, no se imagina lo contenta que estoy ni cuanto le quiero.
Un millón de besos para usted.
 
Contestando a Mariloli.

Si sus padres fueron hipertensos, hay posibilidades de que usted también, alguna vez la desarrolle, pero no debe asustarse: A LA HIPERTENSIÓN NO HAY QUE TENERLE MIEDO, "SINO MUCHO RESPETO". En general, la mayoría se transforma en hipertenso, después de los cincuenta años (más bién cerca de los sesenta). A mis pacientes con sus características les aconsejo que se controlen la presión al menos una vez al año, SIMPRE EN INVIERNO, Y UN DÍA EN QUE LA PRESIÓN ATMOSFÉRICA ESTÉ BAJA (es en esas ocasiones cuando la presión está más alta. Entonces si está normal, hasta el próximo invierno lo estará -nadie debuta con hipertensión en verano-). Si se la vá a tomar una segunda vez, hágalo también en invierno cuando suba a algún lugar que esté a más de 600 metros de altura que donde usted vive (como sé que viajan mucho...). La presión atmosférica baja un hectoPascal cada, más o menos, 100 metros de altura, y 6 hP
es un bajón interesante como para que se note en las cifras tensionales (le aclaro que al tercer día de estar en las alturas, la tensión arterial se pone en los mismos valores que si estuviera en casa).
Algunos buenos consejos:
1) Si las cifras son normales, no tienen objeto más controles hasta el año que viene.
2) Cuando vaya a tomarse la presión, siéntese en el local en que han de tomársela por lo menos 15 minutos.
3) Pregunte, como quien no quiere la cosa, la antiguedad (perdón pero, no sé por qué, no puedo ponerle diéresis a la u)del aparato conque la controlen, ya que la vida útil de los aneroides (los de relojito, como dicen mis pacientes)no es ilimitada. Están hechos para, más o menos, 20.000 tomas (30.000 si el aparato es de muy buena calidad). Quizá le parezca una enormidad, pero si uno lo toma la presión a unas 40 popersonas por día, de lunes a viernes, está usando el aparato 10.000 veces al año, por lo que más o menos a los dos años hay que tirarlo y comprar uno nuevo. Aunque el viejo se vea bonito y saludable; o, por lo menos, cada dos semanas controlarlo con otro que no usamos nada más que para controlar al de uso diario (es lo que he hecho siempre). Todo esto es porque cuando el aparato envejece da valores más altos que los normales, por lo que:
4) Si algún año le toman la tensión y está elevada, vaya a otro lugar y vuelva a tomársela.
5) Y es el último consejo: si alguna vez su presión comienza a elevarse, por Dios NO SE ASUSTE. Ahora hay medicamentos increiblemente efectivos (y ni le cuento los que habrá dentro de diez años)que hacen a la hipertensión menos peligrosa que un dolor de muelas (SI ES QUE UNO LE TIENE RESPETO).
Con respecto a su padre, la primer embolia fué providencial, porque seguramente era un hipertenso juvenil y, como no da síntomas, jamás se la controlaba.
No estoy de acuerdo conque los mareos fueran el resultado de "pequeñas embolias", lo que él tenía dañado era el laberinto (que es una pequeña porción del oido interno que sirve para manejar el equilibrio), porlo que su problema no era "circulatorio", sino "eléctrico" (fue por eso que le pedi que me averiguara sobre el Surem 80).

Y me da mucha alegría que esté mejor de sus dolores.
La quiero mucho y le envío molts petonets. (Y ya recibirá una sorpresa)

PD: hemos visto sus dibujos, SON BELLÍSIMOS. Marcelo tratará de imprimirlos para la habitación de mi nietito (Lucas).
 
eso se me olvidaba, que desastre soy, aquí donde vivo sólo hay 2 farmacias y no me quisieron decir el laboratorio ¡¡¡increible!!! pero en cuanto vaya a Barcelona (vivo a 15 km)seguiré intentandolo.

Me alegra que le hayan gustado mis diseños, pero que no imprima nada, que le haré algunos con el nombre del niño.

Besos
 
Sin embargo, hoy en día hay un montón de gente con hipertensión, y a la mayoría ya los empiezan a mirar mal (es que muchos son muy jóvenes)un poco como a los gorditos pensando para sus adentros: ¡ves, eso te pasa por excederte!, no creéis?
 
Tienes razón Conchi, parece que todo lo malo que nos pasa o nos pueda pasar sea por nuestra culpa, por no cuidarnos lo suficiente.

¿Como vamos a cuidarnos bien si nos dan tantas informaciones erroneas?

Enhorabuena Maria Dolors por tu mejoría, chica, lo tuyo es un no dejar de mejorar en todo, dentro de poco no te reconoces ni tu, guapetona.

Gracias doctor por aclararnos tantas cosas.

Un besazo
 
Contestando a Conchi y a Inma.

Me asombran, aquí la hipertensión sigue siendo patrimonio de los mayores de cincuenta (obviamente hay niños y adolescentes hipertensos, pero no he escuchado ningún comentario académico sobre el aumento de su frecuencia). Y lo más importante, nadie es hipertenso por excederse. El hipertenso nace con el gen que desencadenará, en algún momento, su hipertensión. LOS EXCESOS LA AGRAVAN, PERO NO LA DESENCADENAN.
Pero lo que más mal les hace es la falta de respeto que le tienen (como no duele...).
Un enorme beso a las dos (esta vez al mismo tiempo).
 
Contestando a Mariloli.

Las gracias ya se las he dado por e-mail (y quizá ya viajen por correo).
 
Dr. Cesareo muy agradecida por el esfuerzo de poner por escrito tan claramente este tema, que aunque complejo, con sus explicaciones nos hace comprender tan bien(con + de una lectura por supuesto). Espero con toda la paciencia necesaria la segunda parte, no queremos que su familia le reproche que les robamos tiempo de su compañia, sus nuevos amigos de España.

Un fuerte abrazo
 
Dr.Cesareo:
Impresionate información como siempre. Quedé mudo leyendo. No tengo preguntas, solo aprendizaje.
Así que no sabía de mis blogs? Son tres, de ambicioso nomás. Sólo para separar temas.
Un con cosas íntimas, pensamientos, y hoy demostraciones de puro amor, en la sgte. dir.:
http://yosoyelquesoyahora.blogspot.com/
En otro blog, sólo publico imágenes que hablan por sí solas.
http://aristocles.blogspot.com/
Y un tercero donde expongo pensamientos aplicados a la vida diaria a partir del entorno filosófico. O algo así, en:
http://elsereslanada.blogspot.com/

Un abrazo grande!
 
hola doctor
gracias,me quedo mas que claro
besos
 
Hola Mariluz.
Sí, lo había leido, pero lo tomé como un simple agradecimiento, por eso no le escribí nada.
Un beso
 
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